Cada niño tiene su ritmo de desarrollo, pero hay hitos de referencia que ayudan a saber si el desarrollo del lenguaje está dentro de lo esperado o merece una valoración. Las siguientes edades y signos son orientativos:

  • 0–6 meses: el bebé responde a la voz, sonríe socialmente, emite sonidos (gorgojeos, arrullos) y establece turnos en el “diálogo” con los adultos (mirada, vocalizaciones). Importante: responde a su nombre y reacciona a la entonación. Si no mira ni responde ante la voz puede ser señal de alarma.
  • 6–12 meses: aparece el balbuceo (sílabas repetidas tipo «ba-ba», «ma-ma») y hacia los 10–14 meses suelen aparecer las primeras palabras con significado (por ejemplo “mamá”, “papá”, nombres de objetos). También aparecen gestos intencionales (señalar) y la comprensión de instrucciones simples (por ejemplo “ven aquí” con gesto). Si a los 12 meses no hay balbuceo variado ni respuesta a sonidos, conviene consultarlo.
  • 12–18 meses: el vocabulario comprensivo normalmente es mayor que el expresivo; es habitual que el niño entienda muchas palabras antes de decirlas. A los 18 meses suele tener varias palabras y comenzar a combinar gestos y palabras. Si a los 18 meses no hay al menos unas pocas palabras funcionales o no responde a instrucciones simples, se recomienda evaluación.
    • 18–24 meses: se suele producir una “explosión” de vocabulario para muchos niños; aparecen combinaciones de 2 palabras (“quiero agua”), y la comprensión aumenta (sigue instrucciones de dos pasos con apoyo gestual). Si a los 24 meses no hay combinaciones de palabras ni un vocabulario creciente, pedir valoración.
    • 2–3 años: aparecen frases más largas (3–4 palabras), pronombres básicos y mayor interacción conversacional. Si a los 3 años el lenguaje sigue muy limitado o la comprensión es baja, conviene intervención.
  • 3–4 años y en adelante: frases más complejas, narraciones sencillas, comprensión de ideas más abstractas y mayor inteligibilidad en su habla.

La detección temprana mejora el pronóstico; si tienes dudas lo más conveniente es realizar una valoración breve por un logopeda profesional aclarará si es un retraso madurativo o si conviene empezar intervención.