Los errores de pronunciación forman parte del desarrollo normal, pero cada fonema tiene su edad esperada de adquisición. Fonemas sencillos como /p/, /m/, /t/, /b/, /k/ o /n/ se adquieren muy temprano, entre los dos y los tres años; otros como /f/, /g/, /ch/, /l/ o /r/ simple, aparecen hacia los 4 años; grupos consonánticos con /l/ y /r/ como -pr- o -fr-, suelen consolidarse hacia los 5 años; y la /r/ vibrante múltiple suele ser el último fonema en adquirirse y puede consolidarse alrededor de los 6 años.
Si pasada la edad esperada de adquisición un niño sigue presentando dificultades para articular determinados fonemas, puede ser recomendable consultar con un logopeda profesional. Detectar y tratar estas dificultades a tiempo es importante, ya que los errores de articulación que se mantienen en el tiempo pueden afectar a la inteligibilidad del habla, generar frustración y repercutir en el proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura.




